Vuelvo sobre el tema de la rapidez (de la que hablaba Italo Calvino), de la agilidad mental propia del texto literario. En este caso con un ejemplo de máxima brevedad, un poema que con sus 37 caracteres cumple con cualquiera de los requisitos de twitter, y sobra espacio. Se trata de un brevísimo poema que aparece en el libro Poemas Sueltos, de Federico García Lorca, en un apartado denominado Noche, suite para piano y voz emocionada. Helo aquí.
Cometa
hay niños.
¿Sirio?...[1] Hay en Cometa un sutil juego de palabras, un juego con el lenguaje; una deliciosa ligereza a través de la cual lo poético va más allá de una constatación: en realidad el poema surge como fruto de la admiración, de uno de esos encuentros del hombre con la profundidad del cosmos.
Mas, ¿qué hacer con este juego? Será mejor dejarlo libre, no mancillar su latente provocación. Cualquier explicación destruiría su frágil tejido.
Aceptando la invitación de Alejandro Piscitelli[2], cedo no obstante a una tentación: la de explorar una idea en torno a lo poético jugando con algunas herramientas propias de los seductores mundos transmediales.
… Supongo que ya descubriste el juego.
[1] Sirio o Sirius es el nombre de la estrella más brillante del cielo. Los astrónomos la llaman hoy Alfa Canis Majoris y está ubicada a 8,6 años luz del Sistema Solar.
[2] Alejandro Piscitelli. Seminario de Nativos Digitales, junio de 2010. Bogotá, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, DIE.
si la brevedad de cometa nos revela la futilidad acompañada de asombro originario, la saeta cosmica se clava en nuestra razón colmandola de inercia e insignificancia.
ResponderEliminarPOEMA DE LA SAETA
NOCHE
Cirio, candil,
farol y luciérnaga.
La constelación
de la saeta.
Ventanitas de oro
tiemblan,
y en la aurora se mecen
cruces superpuestas.
Cirio, candil,
farol y luciérnaga.
Federico Garcia Lorca
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ResponderEliminarSolo a un niño se le ocurriría jugar así con el planeta de sus amores, o… amar el juego de su planeta?
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