Una Educación Literaria para los Nativos Digitales

Al hablar de jóvenes o, más concretamente, de los nativos digitales, si hablamos de literatura es necesario preguntarse de qué literatura hablamos, qué literatura aprenden los jóvenes que usan los nuevos medios o qué literatura se produce teniendo en cuenta estos nuevos marcos.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Cometa: en torno a la rapidez de la poesía

Vuelvo sobre el tema de la rapidez (de la que hablaba Italo Calvino), de la agilidad mental propia del texto literario. En este caso con un ejemplo de máxima brevedad, un poema que con sus 37 caracteres cumple con cualquiera de los requisitos de twitter, y sobra espacio. Se trata de un brevísimo poema que aparece en el libro Poemas Sueltos, de Federico García Lorca, en un apartado denominado Noche, suite para piano y voz emocionada. Helo aquí.

Cometa
En Sirio,                                                                                   
hay niños.   


¿Sirio?...[1]  Hay en Cometa un sutil juego de palabras, un juego con el lenguaje; una deliciosa ligereza a través de la cual lo poético va más allá de una constatación: en realidad el poema surge como fruto de la admiración, de uno de esos encuentros del hombre con la profundidad del cosmos.
Mas, ¿qué hacer con este juego? Será mejor dejarlo libre, no mancillar su latente provocación. Cualquier explicación destruiría su frágil tejido.  
Aceptando la invitación de Alejandro Piscitelli[2], cedo no obstante a una tentación: la de explorar una idea en torno a lo poético jugando con algunas herramientas propias de los seductores mundos transmediales.



… Supongo que ya descubriste el juego.




[1] Sirio o Sirius es el nombre de la estrella más brillante del cielo. Los astrónomos la llaman hoy  Alfa Canis Majoris y está ubicada a 8,6 años luz del Sistema Solar.
[2] Alejandro Piscitelli. Seminario de Nativos Digitales, junio de 2010. Bogotá, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, DIE.

3 comentarios:

  1. si la brevedad de cometa nos revela la futilidad acompañada de asombro originario, la saeta cosmica se clava en nuestra razón colmandola de inercia e insignificancia.


    POEMA DE LA SAETA

    NOCHE

    Cirio, candil,
    farol y luciérnaga.

    La constelación
    de la saeta.

    Ventanitas de oro
    tiemblan,
    y en la aurora se mecen
    cruces superpuestas.

    Cirio, candil,
    farol y luciérnaga.

    Federico Garcia Lorca

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  3. Solo a un niño se le ocurriría jugar así con el planeta de sus amores, o… amar el juego de su planeta?

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